Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

Rodrigo Leão: “No sé si mi carrera habría existido sin los años de Madredeus”

Rodrigo Leão: “No sé si mi carrera habría existido sin los años de Madredeus”

Rodrigo Leão (Lisboa, 60 años) tiene la proeza de haber hecho historia en la expansión internacional de la música portuguesa sin recurrir al fado. También tiene la proeza de vender discos donde se cantaba en latín. Lo primero ocurrió con Madredeus, aquel grupo que dio la vuelta al mundo varias veces. Lo segundo, durante su aventura en solitario a partir de los años noventa. El pasado 25 de abril, cuando se cumplían los 51 años de la Revolución de los Claveles, publicó O rapaz da montanha y el día anterior, en esta entrevista, fue incapaz de precisar si hacía el número 21 o 22 de su discografía. Lo cual, en sí mismo, es revelador tanto de su capacidad creativa como de la poca importancia que da a los números que resumen una carrera de éxito. Este martes actúa en los Teatros del Canal, en Madrid, con entradas agotadas, y más adelante lo hará en Tenerife (29 de noviembre) y Bilbao para presentar O rapaz da montanha, el trabajo más portugués del que acaso sea el menos portugués de los compositores del país. Un álbum donde rinde tributo a Zeca Afonso y los cantautores que empuñaron guitarras contra la dictadura.

Pregunta. ¿Dónde se encuentra nueva inspiración cuando ya se han hecho tantas cosas?

Respuesta. Es siempre difícil porque la inspiración no se puede forzar. Hay que tener paciencia y persistencia. A lo mejor hace 20 años me sentía más bloqueado o presionado para hacer discos diferentes, pero siempre he hecho lo que he querido. Mi música tiene influencias, que van del tango a la música clásica, el pop británico o la música brasileña, y el público ya se ha acostumbrado a encontrar cosas distintas. Este disco es el más portugués, más que Los portugueses, la música instrumental que hice para una serie documental sobre los últimos ochenta años del país de António Barreto y Joana Pontes. En cierta manera es la continuación de aquel proyecto. Es un disco muy marcado por lo que yo escuchaba en los años setenta como el Zeca Afonso. Nunca pensé que haría un disco así, aunque es evidente que no tiene el fuerte mensaje político que había entonces. Hay una gran complicidad de la gente más cercana que participa en los coros. Mi pareja, Ana Carolina Costa, hace casi todas las letras.

P. ¿Rodrigo Leão es el rapaz da montanha?

R. No. El disco se llama así porque todos tenemos un poco de las personas que no se conforman con el día a día que vivimos y a veces tenemos momentos en los que nos apetece huir a la cima de una montaña a pensar. Define bien el espíritu del disco, con el coro y las percusiones. Los títulos son siempre muy complicados.

P. Dijo en una entrevista que la música es una terapia.

R. Soy muy inquieto, no logro estar 20 minutos en el mismo sitio, pero la música que hago transmite algo de paz, acaba por combatir la vida agitada que tengo. Quizás dentro tengo alguna paz que sale intuitivamente a través de la música. Puede ser casi una terapia.

P. ¿La composición es lo que más placer le da del proceso?

R. Soy un músico autodidacta. Me gusta encontrar ideas, es la parte que me da más placer, pero en los últimos veinte años comencé a disfrutar de los conciertos, donde hay un contacto directo con el público. Tengo músicos con los que trabajo desde hace muchos años y tenemos una gran complicidad. La parte más latosa es cuando vamos al estudio, son muchos días repitiendo y yo no tengo paciencia. Estoy presente pero tengo dos personas de mi confianza que son más exigentes que yo para controlar el proceso.

P. ¿Ser autodidacta fue un lastre o una ventaja?

R. Fue algo positivo. Como no estudié música, las cosas me salen más intuitivas y espontáneas. Es evidente que también tiene un lado perjudicial y es que tardo mucho para hacer arreglos, aunque tengo gente que me ayuda. Tengo una parte algo perezosa, yo podría haber estudiado música, pero comencé a componer al comienzo de los años ochenta cuando había grupos como Joy Division, New Order o Echo & the Bunnymen, que tocaban muy mal pero eran buenos. A comienzos de los setenta las personas entendieron que con tres acordes podían hacer canciones inspiradas. Antes de este disco grabé Piano para piano, donde toco yo que nunca estudié piano y mi hija que lo estudió diez años, hicimos 15 conciertos, fue bonito porque era un diálogo en el que aprendimos mucho el uno del otro, teniendo universos musicales muy diferentes.

P. ¿Siente que tiene ahora más libertad creativa que en Madredeus?

R. En los últimos tres años de Madredeus, hacíamos muchos conciertos y yo prefería estar en casa componiendo. En aquella época me gustaba mucho menos tocar en directo que ahora.

El músico y compositor Rodrigo Leão, en Lisboa el pasado 24 de abril.
El músico y compositor Rodrigo Leão, en Lisboa el pasado 24 de abril.João Henriques ((JOAO HENRIQUES / EL PAÍS ))

P. ¿Y por qué?

R. Me gustaban los conciertos, tengo recuerdos fantásticos de giras por Japón o Brasil, pero como músico autodidacta en aquellos 160 conciertos que hacíamos al año, mi técnica no se desarrollaba mucho. Estuve ocho años con Madredeus y diez con Sétima Legião, cuando decidí comenzar a componer mi música, eran ideas que no encajaban en ninguno de los dos. En los noventa yo estaba muy fascinado por la corriente minimalista de compositores como Michael Nyman, Ryuichi Sakamoto, Philip Glass y componía con ordenador donde grababa música sinfónica con voces en latín, por lo tanto el primer disco que salió en 1993 era muy diferente. Yo no quería hacer lo que ya había hecho con ellos y por eso los primeros discos fueron más minimalistas y experimentales y hacía pocos conciertos. Solo a partir del Alma Mater (2000) comencé a usar una formación diferente con batería y bajo, comenzamos a tener canciones en inglés, francés, castellano, la gente comenzó a acostumbrarse a estas mezclas. Pero este disco es diferente. Cuando comencé a componer sabía que sería cantado todo en portugués.

P. ¿Qué relación tiene con la memoria de Madredeus?

R. Pasaron casi 40 años pero no me parece que pasaron 40 años. Madredeus todavía está muy presente dentro de mí y de lo que hago, tanto de Madredeus como de Sétima Legião. Fuimos muy amigos, seguimos trabajando juntos en muchos proyectos. Voy a comer a menudo con Pedro Ayres Magalhães, con quien comencé Madredeus en 1985. Tengo buenos recuerdos. Mi carrera habría sido muy diferente, no sé tan siquiera si habría existido si no hubiera pasado esos años con Madredeus, donde aprendí mucho con mis compañeros.

P. ¿Podrían volver a juntarse en un escenario?

R. Es difícil, pero nunca se sabe.

P. ¿Le gustaría?

R. Me gustaría, me gustaría. Infelizmente Francisco [Ribeiro] ya no está con nosotros hace muchos años, pero me gustaría. Tengo saudades de tocar con ello.

EL PAÍS

EL PAÍS

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow